Agradecimientos


En esta parte importantísima de esta Web, espero no dejarme a nadie importante, y tengo la esperanza, que nadie se sienta voluntariamente excluido. Creo que la vida me ha tratado muy bien, y la lista de personas a las que tengo cosas que agradecer es tan larga, que es absolutamente imposible no olvidar a alguien. 

Gracias a Lucía y Ariadna, mis hijas. Han disfrutado y sufrido a la par mi pasión. Espero que mi profesión, indirectamente también les haya enseñado lo importante de un sueño, de una pasión, de vivir según unos valores, de las personas por encima de todo, del poder y la necesidad de la empatía y lo curativo del cariño y las buenas palabras. Ellas me han enseñado a mi mucho más, incluso cuando dudaba de mi mismo. Són faro, camino, aprendizaje y corazón.

A mi pareja, Teresa. Por hacerme sentir que cree en mí, de corazón. Por alegrarse más que yo de cada uno de mis pequeños logros (que poco frecuente es eso). Eres amor, cariño, pasión, empatía, trabajo y equilibrio. Sabes cuanto te admiro.

Gracias a mis padres, por su ayuda incondicional, por una vida dedicada a sus hijos, por su enorme esfuerzo. Deben saber que nunca se lo agradeceré suficiente.

A Ricard Montané y Martín Rueda, excelentes profesionales y mejores personas, por darme el primer empujoncito (mejor sin diminutivos) y ser un gran apoyo, y un modelo a seguir a nivel profesional y personal.

A Marta Serrat, mi "tía canadiense", ella ya sabe porqué. 

A Esther. Te fuiste y se fue el alma de este centro, tu centro. Nos dejaste el mayor de los vacíos que remontamos gracias a la alegría de haber compartido contigo vivencias, alegrías y pasión. Especial, única e irremplazable. Siempre con nosotros.

A mis compañeros de trabajo, Aina, Álex, Alicia, Begoña, Gemma, Irene, Pere y Víctor. Yo no sería quien soy sin vosotros a nivel personal y profesional. ¡Qué suerte he tenido! 

A mis excompañeros de trabajo, Agustín, Alba, Carlos, Clara, David T, David V, Gemma, Jose Miguel, Roberta y Xavi, por todo lo que me dieron a mí, y a este centro. 

A mis alumnos y exalumnos. Adoro ser profesor. Gracias por vuestra tolerancia, atención y en ocasiones, amistad. ¡Cuánto he aprendido de vosotros! 

A los muchos compañeros de profesión que han creído y confiado en mí. No sé bien que he hecho para merecerlo. Mil gracias. Sois tantos que la lista sería interminable. ¡Qué gran halago me hacéis! ¡Espero estar a la altura! 

A la universidad, empresas de formación y coordinadores, por su confianza, incluso en momentos en que, quizás, ni yo la hubiera tenido en mi mismo.

Y por último miles de gracias a todos y cada uno de mis pacientes. Gracias por vuestra confianza. No os imagináis lo importantes que sois para mí. Espero no defraudaros nunca. Si alguna vez lo hago, decídmelo, no os lo merecéis. 

¡Veis como la vida me ha tratado muy bien! 

Gracias, gracias, gracias. 

Pedro Rubio